
La pasta debe ser cocida con abundante agua, ya que necesita espacio para moverse y lograr una cocción perfecta, además el agua evitará que la pasta se pegue a la olla.
La sal debe echarse una vez que el agua esté en pleno hervor, justo antes de echar la pasta, de esta manera la pasta absorberá la sal y tomará sabor.
Si sos de los que agregan aceite al momento de cocinar la pasta, ¡dejá de hacerlo! Cuando engrasas la pasta durante la cocción, provocarás que la pasta no absorba bien la salsa que utilizarás después.
Si es por error, no podemos hacer nada; pero si normalmente dejamos que la pasta se cueza de más, debemos dejar de hacerlo. Generalmente una pasta queda perfecta en 10 o 12 minutos. Chequeá el paquete de tu pasta, ahí te dirá el tiempo exacto.
No enjuagues la pasta después de su cocción. Lo único que logramos con hacer esto, es eliminar la capa de almidón que tiene tras su cocción, la cual ayuda a que la salsa posterior se adhiera.
Otro error. Lo primero es pensar que salsa cocinaremos, ya que aquí es donde se suele emplear más tiempo. “La salsa siempre debe esperar a la pasta” y no al revés. Una vez tengamos lista la salsa, la dejaremos reposar y cocinaremos la pasta a nuestro gusto y añadiremos la salsa.